Pico de Orizaba (Citlaltepetl)
El monte de la estrella
Altitud: | 5610 m/nm |
Ubicación: | φ 19° 01´ 53.5” – λ 97° 16´ 12.1” (cima) |
Arqueología: | 15 sitios registrados |
Entidad: | Puebla y Tlaxcala |
Decreto: | 4 de enero de 1937, como parque nacional |
Superficie: | 19750 hectáreas |
Conocido en lengua náhuatl como Citlaltepetl: citlali, estrella; tepetl, monte: El Monte de la Estrella. En Sahagún se le denomina Poyauhtecatl, “El que habita entre nieblas”, también como Poyauhcan o Poyauhtlan, lugar de nieblas, sitio mítico de habitación de Tláloc, y lugar terrestre en que se verifica lo dicho por el sentido etimológico. En lengua española ha recibido otros nombres: Nuestra Señora de las Nieves, al divisarlo los marinos europeos en 1518, también se le conoció como Volcán de San Andrés, por su proximidad a San Andrés Chalchicomula, hoy Ciudad Serdán, además de los nombres de Sierra de Maltrata y Sierra de Tecamachalco. Toma su nombre actual de la ciudad de Orizaba, vocablo de origen náhuatl que tras variaciones fonéticas en la pronunciación española pasó de Ahuilizapan, a Aulizaba, Ulizaba, Olizaba y finalmente a Orizaba.
Geología
La montaña se alza sobre un viejo basamento volcánico de enormes dimensiones con más de un millón y medio de años de antigüedad, posteriormente la evolución del volcán puede ser resumida en tres etapas distintas como propone Carrasco-Núñez: la primera hace 650 mil años, cuando se desploma por una erupción efusiva el gran estratovolcán, restos de este episodio son el macizo de Torrecillas y una avalancha de escombros gigantesca en el flanco NE; la segunda etapa, es la construcción del cresterio del Espolón de Oro que presentó un volcanismo más explosivo y también terminó con el colapso del edificio hace 20 mil años, la caldera y la avalancha de este episodio están orientadas hacia el oriente; por último, la tercera etapa moldeó el cono actual.
La parte superior presenta la abertura del cráter, muy juvenil en su aspecto, de forma ovalada con el eje mayor de 500 metros de diámetro, orientado en la línea NO-SE y el eje menor de 400 metros de NE-SE. Tan sólo hace 100 mil años cambió su composición por dacitas y tefras originadas de una erupción pliniana y por el derrumbamiento de su domo extrusivo. Más recientemente presentó siete fases eruptivas de flujos piroclásticos con episodios fechados hace 12900, 10600, 9400, 7020, 6200, 4060, y 3400 años antes del presente, estos flujos se encauzaron a menudo en los valles de los ríos hacia centros habitacionales, siendo posiblemente el último evento el más catastrófico para la población del somonte por la gran movilidad de sus materiales. De fechas históricas tenemos datos para 1537 y 1613 d. C. de erupciones con flujos de lava, y finalmente para 1687 otro suceso expeliendo un reducido volumen de ceniza gris. Aún conserva parte de su actividad pues exhibe solfataras.
Arqueología
El Pico de Orizaba es una montaña prominente que ha sido identificada en documentos tan antiguos y notables como el Códice Vindobonensis, los mapas de Cuauhtinchan 1 y 2, y la Historia Tolteca Chichimeca. Es inseparable del mito de Quetzalcóatl que le da sentido al nombre de Cerro de la Estrella y por lo tanto su asociación con Venus, como estrella de la mañana en un culto que arranca en el Epiclásico. El mismo Sahagún lo denomina Poyauhtecatl, que en ocasiones nos confunde con el Monte Tláloc, con quien comparte el nombre. Supongo que este manejo nominativo obedece a que los pobladores del Altiplano aplicaban títulos comunes para ciertos lugares a los que otorgaban una misma significación cuando se agregaban como nuevos territorios, porque sabemos que en la meseta de Chalchicomula al somonte del Pico de Orizaba, se establecieron los toltecas entre los años 650al 700 d C., posiblemente ellos incorporaron la parafernalia del culto a los cerros que observamos en la cuenca de México.
Los sitios arqueológico del Pico de Orizaba registrados ( Montero. 2009).
En el Pico de Orizaba identificamos tres disposiciones del material arqueológico:
1) Para el flanco norte abunda la presencia de navajillas de obsidiana. Las minas prehispánicas de obsidiana determinaron un impacto significativo, porque la minería fue la actividad económica más importante y desarrollada en los límites inferiores de la alta montaña en Mesoamérica, los sitios de las cotas inferiores y alejados del volcán pueden estar relacionados con los trayectos seguidos por los mineros, en tanto los situados a más altura y adosados en la vertiente pueden responder al culto de la montaña.
2) En el sur, destaca en presencia la cerámica, esta carente de lítica, encontramos espacios circunscritos a restos de cerámica que dispuestos en el paisaje marcan una ruta o camino procesional que conduce a cotas más altas, y porque no, hasta la cumbre. Porque el ascenso por este flanco no tiene mayor dificultad técnica, pues en repetidos momentos climáticos la pendiente está ausente de campos de hielo y nieve, esta propuesta se sustenta en los hallazgos recientes de material arqueológico a 4530 m/nm en el sitio OR-09 y en las peregrinaciones de campesinos que asisten por el mismo camino hasta 4660 m/nm con la participación de mujeres y adultos mayores sin complicación. Revelaciones de montañistas apuntan que en la ladera sudeste al interior de pequeños abrigos rocosos a más de 4700 m/nm han encontrado vasijas prehispánicas muy deterioradas pero completas. En suma, un ascenso a la cima desde los sitios que hemos registrado puede realizarse en un rango menor de siete horas. Crausaz por su parte apunta un ascenso mítico al Pico de Orizaba para el año de 1175 d. C., que bien pudiera encontrar su origen en una hazaña real, lo cual no es extraordinario si consideramos la evidencia arqueológica hallada en la cima de la Iztaccíhuatl que demuestra la capacidad del hombre para ascender a altas cotas en la antigüedad.
3) En el flanco oriente, el sitio OR-13, muestra un xicalli, cerámica abundante con diversidad de tipos y formas, además de navajillas de obsidiana, todos los objetos son parte de una constelación de instrumentos que nos permiten apreciar el más importante complejo litúrgico de toda la montaña.
Panorámica del área de investigación que he denominado Grupo Oriente,
en primer plano la Sierra Negra con el sitio TX-01 entre la compleja obra del Gran Telescopio Milimétrico,
a su derecha y por atrás el Pico de Orizaba con los sitios del flanco sur, al fondo el Cofre de Perote.
Aún no agotamos la prospección, estamos muy lejos de ese objetivo, apenas hemos realizados dos incursiones y ninguna excavación. Sin embargo, ya se apuntan avances con la detección de 15 sitios que nos anima a un estudio sistemático de la mayor eminencia del país.